Por Shama Kaur
Profesora de Kundalini Yoga, Entrenadora de Acuario Salud y Bienestar

 

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Del dolor al amor: Finales y nuevos comienzos

 

A lo largo de mi vida, he entrado y salido de bastantes relaciones y nunca es fácil adaptarse a la sensación de soltería. Probablemente por eso muchas personas se lanzan a una relación justo cuando otra ha terminado; para evitar ese vacío que se siente por dentro, con una nueva distracción.

Mi última separación fue hace poco más de dos años. Llevábamos juntos algo más de un año, las cosas se estaban volviendo más reales y serias y la posibilidad de casarnos estaba sobre la mesa.

Conocimos a las familias de los demás y formamos parte de una comunidad común: la comunidad mundial de yoguis de Kundalini.

 

Almas gemelas

Teníamos muchos intereses en común, como el senderismo, el baile y los viajes. Ambos éramos profesores de Kundalini y seguíamos el estilo de vida yóguico; ambos éramos veganos/vegetarianos, disfrutábamos utilizando las herramientas que nos proporcionaban el Kundalini Yoga y la meditación para ayudarnos a resolver problemas, y a menudo meditábamos juntos.

Compartimos momentos de alegría extasiada, ya sabes, la clase de alegría en la que sientes que tu corazón se agita, tus mejillas se sonrojan y te ríes de las cosas más tontas. Viajamos a España, Italia, Francia, Marruecos, Grecia y Portugal para conocer la belleza de paisajes extraordinarios y culturas épicas. 

El vínculo que teníamos era tan contagioso que con solo mirarnos la gente también se sentía alegre. El amor estaba definitivamente en el aire, un tipo de amor que nos robaba la vista de las realidades que teníamos por delante y nos mantenía a ambos fascinados por el sueño de tener una larga vida juntos. En esos dos años, me perdí en él y él se perdió en mí.

 

Un corazón roto

Cuando las cosas terminaron, mi corazón estaba destrozado. No podía dormir sin mirar el móvil un millón de veces. No pude comer durante días y perdí mucho peso. Por aquel entonces yo impartía un curso de formación de profesores de Kundalini Yoga de nivel 1 en Palestina y recuerdo que me escondía en el baño durante los descansos mientras lloraba y todo mi cuerpo temblaba de incredulidad.

Pero con 15 estudiantes en la otra sala esperando el siguiente tema, sabía que tenía que mantener la compostura. Lo que me ayudó a seguir adelante fue mi mentor espiritual, que me recordó que siguiera siendo consciente de mi respiración y que respirara tan profundamente en las profundidades de mi corazón roto hasta que pudiera transformar el dolor en amor.

Mi mentor dijo: “Sólo mantén tu amor un paso adelante del dolor. “Esta fue mi oración y mi práctica durante incontables noches. Respirar en el dolor y transformarlo en amor; un amor por mí mismo y por todos los que sufrían el dolor de un corazón roto.

 

Convertir la soledad en una oportunidad

Cuando nuestra vida da un giro y pasamos de estar en una relación a estar solteros, es realmente difícil, no sólo por el dolor de un corazón roto, sino también por los muchos rituales, hábitos y normas que antes compartíamos con el otro. Los mensajes matutinos y las buenas noches nocturnas, las bromas a mediodía y los flirteos a la hora de comer, los planes de fin de semana y los “desahogos” después del trabajo, o las historias compartidas de triunfos.

Cuando acabamos de quedarnos solteros, nos olvidamos de cómo antes pasábamos el día solos, sin compartir los entresijos de nuestra jornada con nadie más. Hace falta un poco de tiempo para que nuestro cerebro se reajuste y recuerde quiénes éramos antes y cómo nos alegrábamos cada día.

Después de unos nueve meses de separación, a veces seguía sintiéndome sola y mi mente vagaba hacia recuerdos lejanos del pasado. Pero un día, en mi paseo diario al atardecer por el parque, algo me golpeó y me dijo: “Espera Shama, mira a tu alrededor, nada es casualidad, tienes una oportunidad aquí, una oportunidad de dominar el vacío, de dominar el vacío, algo que aterroriza a la mayoría”.

 

Curación

Y ese fue el comienzo de mi viaje de curación. Imaginé que era un sanador chamánico en las montañas de Perú sin nadie a mi alrededor excepto los pájaros, los árboles, los océanos y los mares. Presté atención a la tierra bajo mis pies, a las hojas que caían de los árboles, al piar de los pájaros y a las ramas de los árboles que bailaban al viento. Pasé momentos en absoluta quietud en la oscuridad de la noche escuchando el sonido de los latidos de mi corazón y cantando mentalmente “Dios y yo, Dios y yo somos Uno”. Me entrené para sentirme realmente cómoda con el arte de estar quieta e invoqué a las fuerzas de la Gran Madre, a los santos y a los ángeles para que estuvieran a mi lado y sentí su presencia a mi alrededor.

La curación estaba en camino y me recordó al artista que llevo dentro. Me matriculé en unas clases de arte y empecé a pintar de nuevo. Leía libros que me inspiraban a bailar. Escribí poesía que liberaba mi rabia y mi tristeza. Reuní a mujeres en círculos en los que compartimos abiertamente sobre el amor y las relaciones, y nos apoyamos unas a otras para escuchar y sanar.

Ahora hace casi dos años de mi separación y mi vida está llena de tanta abundancia y alegría. Atesoro el tiempo para hacer todas las cosas que me hacen feliz, el tiempo que tengo para enseñar y orientar a mis estudiantes, el tiempo que tengo para jugar con mi sobrina de 11 años y medio y apoyar a mi hermana con su recién nacido, el tiempo que tengo para rezar, bailar, pintar, meditar y reunir a mujeres de todas las edades para hablar, compartir y sanar.

Una de las ventajas de estar soltero es que no tenemos que negociar con nadie cómo pasar los preciosos momentos del día. Somos como artistas capaces de imaginar cómo será nuestro día y crearlo invitando a los demás a participar en el cuadro. No tenemos por qué comprometernos o renunciar a cosas que deseamos si la otra persona no está interesada. En cambio, podemos optar por entablar nuevas relaciones con quienes comparten nuestros intereses.

Tenemos la oportunidad de aprender, crecer y transformarnos, como una oruga que se convierte en mariposa sin que nada se lo impida. Somos libres para explorar, descubrir y aprender.

 

Limpiar relaciones pasadas

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