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Todos los días nos levantamos dispuestos a empezar una jornada llena de objetivos, relaciones, planes y experiencias. Cada uno de nosotros hace todo lo que puede para tener éxito y para hacer cosas significativas para nosotros y para los que nos importan. En esa magnífica empresa que es tu vida, tu mejor amigo está contigo en cada momento y en cada lugar. Tu mejor amigo es tu mente.

Tu mente es sutil y poderosa. Responde a cada pensamiento o sentimiento, incluso a los inadvertidos y aparentemente insignificantes. Te ayuda a percibir tu experiencia y a actuar con eficacia. Está tan cerca y es tan íntimo que puede que ni siquiera te des cuenta. Puede que incluso lo descuides y asumas que simplemente estará ahí sin necesidad de una relación consciente. Es como tus ojos. Ves a través de ellos para no verlos. Puedes ver que todos los demás tienen ojos, pero no puedes ver los tuyos a menos que tengas un espejo, una forma de observarte.

La meditación es un espejo en el que puedes ver reflejada tu mente. La meditación crea una relación consciente entre tú y tu mente. Tu mente tiene sus propias cualidades, acciones y juego. Tiene una estructura práctica en su flujo de pensamientos y sentimientos. Tienes tu propia calidad como ser humano. Sólo eres tú; no eres tu mente. Eres una presencia y un testigo; una conciencia que tiene una cualidad fundamental de claridad tranquila: la guna sáttvica.

La mayoría de las veces, simplemente no somos conscientes. Estamos desatentos o descuidados y actuamos sólo por impulso, reacción y hábitos automáticos. La meditación crea una relación natural entre tú y tu mente. Te libera y te da poder. Abre espacio para tu alma y tu intuición. Como ser humano, tienes derecho a originar un pensamiento, un sentimiento o una intención. Puedes plantar una semilla que madurará, expresará quién eres y manifestará tus intenciones. No puedes detener la producción constante de pensamientos y sentimientos, pero puedes alinearlos, filtrarlos y originarlos con tu conciencia para cumplir tu propósito. En El libro de la Mente, Yogui Bhajan enseña que:

“Todo ser humano que quiera sobresalir y desarrollar el carácter y el calibre que sostienen los valores del alma, necesita una relación directa y fundamental con la mente. Debe tener una comprensión práctica básica de la concepción, las propiedades, los aspectos, las proyecciones y las 81 facetas de la mente….No se trata de un debate intelectual, sino de una confrontación inteligente con tu propia experiencia….¿Cómo podemos lograr esta relación? Por eso meditamos…En el mundo de la mente puedes tener control o no tenerlo. En la meditación empiezas a darte cuenta de que existe un mundo de ti… en el que tu mente es tu sirviente y no tu amo.” páginas 3-6

PRIMEROS PASOS El primer paso es conocer tu mente. Dirige tu atención a tu mente presenciando conscientemente su juego desde tu propia presencia quieta. Observa cómo se comporta tu mente particular. Todos compartimos la experiencia de una mente personal y nuestra conexión con una mente universal. Cada mente individual tiene sus propias tendencias y características, moldeadas por la historia, el entorno, la genética y el karma. Conocer tu mente y reconocer con precisión las grandes diferencias entre las mentes es fundamental para la buena comunicación, las relaciones y el éxito en nuestra vida. ¿Qué fluye por tu mente? ¿Qué pensamientos, sentimientos, sensaciones, intuiciones e historias? ¿De dónde vienen esos pensamientos? ¿Qué les estimula? ¿Puedes distinguir una imagen de un sueño, una fantasía, un recuerdo y un pensamiento intencionado? ¿Cómo reaccionas ante tu propia mente y su flujo? ¿Cómo reacciona ante ti?

Simplemente dirigiendo tu atención puedes crear una relación más fuerte con tu mente. La atención es una especie de invitación a tu mente para que participe contigo. Al igual que en una reunión con un amigo potencial, prestas atención, escuchas y estás plenamente presente para permitir y atender lo que tu mente traiga a la reunión. Reconocerás rápidamente su carácter y sus características si te mantienes neutral y presente. Una vez que establezcas esta relación, podrás utilizar tu mente para comprender, analizar, crear, expresar y proyectar. Tu amigo te ayudará a tener éxito y a cumplir tus objetivos.

La buena noticia es que esto puede empezar con tan poco tiempo y esfuerzo como una sola respiración consciente.

• Del Manual de Mente y Meditación de Nivel Dos

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