abril 2021
¡Sat Naam y saludos desde los Países Bajos!
A medida que cambian las estaciones, el otoño en el hemisferio sur y la primavera en el norte, espero que te mantengas saludable y feliz.
Los pensamientos que quiero compartir con ustedes este mes son sobre el karma y el medio ambiente. El concepto de karma ha sido parte de la filosofía y las enseñanzas del yoga durante mucho tiempo. La idea de que nuestras acciones tendrán consecuencias en algún momento en el futuro, quizás dentro de nuestra vida o quizás después, es parte de muchas filosofías orientales.
Un área de nuestro mundo moderno en la que parece especialmente fácil ver cómo se desarrolla el concepto de karma es nuestra influencia humana en el medio ambiente. Nuestras acciones y decisiones de hoy seguramente influirán en el futuro de nuestros hijos y nietos.
Pero como reconocen todos los activistas medioambientales, el cerebro humano no está bien preparado para contemplar retos tan lentos. Especialmente cuando hay que elegir entre amenazas percibidas como mucho más inmediatas (como para el empleo o la economía) y una amenaza más vaga, posiblemente menos segura, pero mucho más lejana en el tiempo (como quizá la extinción de toda la vida en la Tierra), sabemos dónde se centrará la mayoría de la gente. Este es un claro ejemplo de descuento hiperbólico.
Pero sin duda, el karma de nuestras elecciones de estilo de vida (tanto individuales como colectivos) estará impactando a nuestras futuras generaciones. ¿Tomaremos las decisiones difíciles, los sacrificios aparentes hoy, para ayudar a asegurar un mañana mejor? ¿O nuestro estrecho interés propio, magnificado por nuestros sesgos cognitivos, conducirá a consecuencias desastrosas?
Como yoguis, esperamos poder utilizar nuestra conciencia para tomar decisiones más sabias. La investigación ha demostrado que la meditación puede reducir el efecto de otros sesgos cognitivos[1], por lo que tengo la esperanza de que con una sadhana fuerte, aumentaremos nuestras posibilidades de actuar hoy para tener un karma más positivo en el futuro. Por supuesto, el Kundalini Yoga y la meditación no son una cura mágica. No pretendo que practicar Kundalini Yoga te convierta automáticamente en un activista medioambiental. Pero la conciencia adicional que nos proporciona nuestra práctica nos ayudará sin duda a dejar un legado más positivo.
El KRI apoya la concienciación permanente sobre cuestiones medioambientales ofreciendo al menos un taller en línea al trimestre sobre este tema. El primero de esta serie fue con Snatam Kaur, y puedes ver la grabación de ese taller aquí. Y no pierda de vista nuestrosegundo taller medioambiental de mayo, titulado “Basura y conciencia”, con Siri Prakash Kaur.
Que tengas un bendecido mes de abril, y que todas tus elecciones sean guiadas por su impacto tanto hoy como en el futuro.
[1] A. C. Hafenbrack, Z. Kinias y S. G. Barsade (2013). Debiasing the Mind Through Meditation: Mindfulness and the Sunk-Cost Bias Psychological Science DOI: 10.1177/0956797613503853